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lunes, 12 de noviembre de 2018


Ya es hora de radicalizarse

En Nicaragua todavía vivimos en el medio evo, con una mentalidad de reyes, príncipes, aristocracia, obispos y plebeyos. ¿será posible que a los revolucionarios nos toque hacer la revolución burguesa? En la Rusia zarista no fue necesaria esa transición, pero a largo plazo la revolución socialista eventualmente fracasó estrepitosamente.

La principal característica política de un sistema feudal es el establecimiento de una casta con privilegios, que tiene como resultado trafico de influencia y corrupción. Tal sistema, premia al más astuto y sagaz, condenando al que se mantenga al margen de la dinámica, salvo raras excepciones.

Dicha situación puede generar graves casos de injusticia, para aquellos que no cuentan con privilegios ni con acceso a una persona con privilegios. Los privilegios en el tardío medio evo nicaragüense tienen diferentes fuentes a saber:

-Familia influyente
-Posición política
-Gran Capital

El Gran Capital tiene privilegios inherentes al sistema económico, es decir, sus privilegios se encuentran garantizados por una acumulación de capital basada en la explotación de los trabajadores asalariados, algo popularmente conocido como capitalismo.

La posición política y la familia influyente tienen privilegios que provienen de un punto en común: el poder. Ante tal panorama, un sector de la clase popular trata de tener algún acceso a estas fuentes de privilegios de manera indirecta, entendiendo que solo de tal forma se les brindara un servicio de calidad en las instituciones públicas. Estas son malas noticias para los desafortunados sin ningún tipo de contacto con las estructuras de poder, pues se exponen a ser relegados. 

En teoría los revolucionarios debemos luchar contra ese sistema oprobioso, y para tal fin, conquistamos el poder. En Nicaragua los revolucionarios tenemos el poder, pero no hemos podido desmantelar un sistema viciado que de alguna forma ayudamos a construir con los liberales por fines de sobrevivencia.

En condiciones adversas la sobrevivencia es prioridad, y el frente sandinista en un contexto internacional sumamente complejo para las fuerzas revolucionarias, hizo lo que considero necesario para sobrevivir, pagando desde mi perspectiva un alto costo. En la era soviética de Stalin, el líder bolchevique decidió hacer un pacto de no agresión con los nazis liderados por A. Hitler, por fines similares de sobrevivencia con los resultados ya conocidos. Cuando los revolucionarios manipulamos los principios por fines prácticos, las consecuencias son fatales.

Ante nosotros pues tenemos un interesante desafío, ante el cual todos los sandinistas debemos reflexionar. Tomando en cuenta que al frente tenemos a una oposición política de ultraderecha que se encuentra haciendo grandes esfuerzos para reorganizarse y aprovecharse de nuestras debilidades para conquistar el poder. Ellos, los que genuinamente disfrutan de un sistema con características feudales y pretenden perpetuarlo hasta el fin de nuestros días están al acecho.

Los revolucionarios que, por otro lado, repudiamos dicho sistema debemos tomar acciones encaminadas a poner en práctica lo que pregonamos: el pueblo presidente.  Entiendo que tales afirmaciones que en este espacio personal expreso pueden sonar un poco duras, pero creo que ya es hora radicalizarse.

Ya es hora de radicalizar el amor a nuestra patria.

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