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miércoles, 5 de diciembre de 2018

La política ha renacido en Nicaragua


La política ha renacido en Nicaragua

“La juventud ha despertado”, era un típico enunciado para describir lo que estaba ocurriendo en el país a finales de abril del año 2018. Una juventud que aparentemente carecía de organización y liderazgo, la cual de manera improvisada tuvo que articular esfuerzos para tener una representación en el Dialogo Nacional. Al menos esa fue la percepción general.

Existe un planteamiento, nada descabellado, de que los jóvenes que planificaron las protestas de las reformas del INSS, son producto de laboratorios de pensamientos financiados por los Estados Unidos de Norteamérica. Es decir, esta es una tesis que invalida la creencia del fenómeno de los auto convocados y afirma que son jóvenes que han recibido una formación política por parte de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y partidos con orientación derechista.

Sin embargo, existe un punto importante a destacar, sin el cual hubiera sido imposible desestabilizar el país. El factor de solidaridad espontanea, ante la presencia de una injusticia. Las reformas impactaron la sensibilidad del pueblo, y observar la severa represión que sufrían los que se atrevieron a protestar (planificado o no) era indignante. Es cierto que los dirigentes de la oposición plantearon objetivos golpistas, pero lograron hacerse escuchar por el gobierno gracias al levantamiento de un pueblo irritado y confundido.

El gobierno eventualmente restableció el orden apoyándose en policías voluntarios, sin dejar espacio a sentimentalismos o formalidades jurídicas, cumplió con su deber. Los tranques fueron desmontados, lo que no ha tenido reversión es el creciente interés por los asuntos políticos del país en las nuevas generaciones. Tanto de sandinistas, como de opositores en sus diversas expresiones (derecha e izquierda moderada). El sandinismo ha resultado ser, después de todo, una izquierda dura.

La reciente curiosidad política por parte de los jóvenes es un fenómeno sumamente interesante y saludable. En los tiempos neoliberales el arte de la política fue gravemente degradado, y provocó el desprecio hacia la clase política por una amplia capa de la población. Luego, en la llamada segunda etapa de la revolución sandinista, el interés por la política fue adormecido y desactivado a través de las regulares alocuciones de la vicepresidente de la república de Nicaragua, Rosario Murillo.

Irónicamente, su airada reacción manifestada en los medios de comunicación oficialistas fue un factor que contribuyo desde el punto de vista psíquico al aumento de la rebeldía. Los minúsculos aparecieron y con ellos, una nueva configuración política en la conciencia de muchos nicaragüenses. Lo queramos o no.

El Frente Sandinista de Liberación Nacional, en el imaginario popular, estuvo al borde del abismo. El capitán del barco logro maniobrar en la tormenta, y sus cualidades históricas salieron a relucir, despertando la admiración en todos aquellos que nunca habíamos sido testigos de su temple de acero. Los minúsculos se replegaron, pero el debate en el pueblo sigue abierto. El derecho a reunión pacifica no requiere permiso de la policía.

En el lenguaje marxista convivimos bajo el alero de una democracia burguesa. He de aclarar, para los que no sabían, los marxistas abiertamente desprecian la democracia burguesa. Sin embargo, mantener la fachada de una democracia burguesa con sus instituciones y división de poderes puede generar expectativas que no son satisfechas.

En la visión estalinista del marxismo, la verticalidad y concentración de poder es adecuada. De hecho, a pesar de la impopularidad de Stalin, uno de sus mayores logros fue la transformación económica de la URSS, convirtiéndola al cabo de unos años en una superpotencia. La censura y opresión a manifestaciones disidentes era un rango distintivo de los bolcheviques, en Stalin alcanzó su máxima expresión.

La pregunta que cabe hacerse es, ¿en qué tipo de democracia queremos convivir los nicaragüenses? Las repúblicas soviéticas proclamaban desarrollar democracias populares. La dictadura del proletariado concebida en el seno del marxismo leninismo no suena muy atractiva, sin embargo, en Cuba y China han logrado prevalecer y ganarse el consentimiento del pueblo.

Si tenemos amor a la patria, debemos también cultivar el amor entre hermanos. Mis disculpas si los sandinistas hemos pretendido monopolizar ese amor patrio, pero nuestros orígenes a veces desenfrenan nuestras pasiones. Parece ser que estamos atravesando una situación de post trauma, y la polarización continúa imponiéndose.

Para mejorar nuestra calidad de vida material la economía debe retomar su ritmo de crecimiento, pero las necesidades espirituales también deben ser atendidas. Espiritualidad en el sentido de pertenencia a una colectividad. Es decir, aspirar a tener una democracia incluyente y participativa. Una democracia en la cual los asuntos públicos, no sean manejados a discreción por los políticos, sino sean debatidos y consensuados con la ciudadanía.

Aquí no ha cambiado nada, pero existe una disposición casi intuitiva a cambiarlo todo. Los reaccionarios conciben los cambios en términos de beneficios personales, los revolucionarios pensamos en cambios estructurales. Necesitamos una reingeniería social camarada.



miércoles, 21 de noviembre de 2018

Inquietudes democráticas


Los nicaragüenses tenemos un pésimo historial en atender con sabiduría conflictos sociopolíticos, evidenciando una poco desarrollada inteligencia emocional. El ejemplo más reciente fue el fracaso del Dialogo Nacional, una plataforma que se tornaba interesante para que dos fuerzas antagónicas desarrollaran iniciativas en conjunto por el bienestar y la cohesión del pueblo. Al final, lo que hicimos fue exponer de manera pública nuestra escasa capacidad de dialogar.

También tenemos la tendencia de simplificar nuestras fallas como sociedad, culpando a la clase política de todos nuestros males. Es decir, evadimos toda responsabilidad y solamente nos preocupamos por el rendimiento de cuentas.  Una forma muy infantil de abordar las deficiencias de nuestra democracia y el manejo de los recursos públicos. El resultado de esta forma pensar es creer que la solución a nuestros problemas es un cambio de personas en el poder.

¿no será tal vez mejor idea cambiar el diseño de las estructuras de poder?

El Frente Sandinista de Liberación Nacional hizo un experimento social al respecto, con la intención de establecer un modelo de democracia directa. Es meritorio el hecho que al menos intentaron hacer algo nuevo, conocido como los Consejos de Poder Ciudadano (CPC). He de señalar que yo nunca pertenecí a tal estructura y por tanto mi análisis será muy superficial.

Tengo entendido, que los CPC fueron una iniciativa del gobierno sandinista para organizar a las comunidades y crear espacios de participación para la auto gestión de los recursos públicos. En teoría algo muy noble y novedoso, pero aparentemente con muchas deficiencias en la práctica.

El error mas visible fue politizar este tipo de organizaciones y vincularlo de manera directa con el partido político, cuando la relación debió ser pueblo-Estado, sin mayores connotaciones propagandísticas con el objetivo de crear las condiciones para institucionalizarlo. Una vez la esencia pluralista fue corrompida, rápidamente la organización fue percibida en el mito popular como una intromisión del partido gobernante en la vida privada de las comunidades.

Claro el asunto es delicado, y se aplaude el esfuerzo bien intencionado, pero no debemos conformarnos con el colapso de los CPC y tampoco esperar que la solución provenga nuevamente desde el Estado. Actualmente, quedaron como residuos de los CPC, los Comités de Liderazgo Sandinistas (CLS) en los barrios y comunidades, cuya razón de ser es, la organización de los sandinistas en el barrio para atender las necesidades del territorio.

Es importante reflexionar sobre estos temas de participación ciudadana y democracia directa porque tenemos una democracia representativa que forma ciudadanos pasivos y apáticos hacia asuntos que nos afectan a todos como nación. Lo que me recuerda una famosa frase cuyo autor desconozco: “Si votar cambiara algo, sería ilegal”.

El colmo es que asistimos a elecciones con propuestas abstractas y ciertamente muy limitadas que, al momento de ejercer nuestro derecho al voto, lo hacemos intuyendo que la estabilidad política y el crecimiento económico es una formula razonable para alcanzar la prosperidad en el país.

Por otro lado, está la disposición de participación por nuestra parte en la toma de decisiones en la esfera pública. Recordemos que la democracia representativa nos hace ciudadanos perezosos que a duras penas salimos de nuestras casas el día de las elecciones. Hemos adoptado un estilo de vida cuya agenda solo incluye espacio para el trabajo y actividades relacionadas a la vida privada. Evidentemente, un esquema diferente en las estructuras de poder para desarrollar una democracia más incluyente requeriría sacrificio de tiempo de nuestro lado.

¿Se imaginan una sociedad en la que todos tengamos algún grado de incidencia en las decisiones que se tomen al más alto nivel político?

Pues suena bastante justo, si tomamos en cuenta que en los modernos sistemas capitalistas todos aportamos con nuestros impuestos para el buen funcionamiento del aparato estatal. En ese panorama, los políticos serían auténticos servidores públicos, ejecutores de las decisiones que tomamos en colectivo.

Democracia, es un concepto que está de moda en Nicaragua. Si debatimos a profundidad el tema, nos damos cuenta, que la democracia no se debería limitar a temas de transparencia y separación de poderes. Si somos los suficientemente creativos podemos ir más allá e innovar con nuevos modelos democráticos.

lunes, 12 de noviembre de 2018


Ya es hora de radicalizarse

En Nicaragua todavía vivimos en el medio evo, con una mentalidad de reyes, príncipes, aristocracia, obispos y plebeyos. ¿será posible que a los revolucionarios nos toque hacer la revolución burguesa? En la Rusia zarista no fue necesaria esa transición, pero a largo plazo la revolución socialista eventualmente fracasó estrepitosamente.

La principal característica política de un sistema feudal es el establecimiento de una casta con privilegios, que tiene como resultado trafico de influencia y corrupción. Tal sistema, premia al más astuto y sagaz, condenando al que se mantenga al margen de la dinámica, salvo raras excepciones.

Dicha situación puede generar graves casos de injusticia, para aquellos que no cuentan con privilegios ni con acceso a una persona con privilegios. Los privilegios en el tardío medio evo nicaragüense tienen diferentes fuentes a saber:

-Familia influyente
-Posición política
-Gran Capital

El Gran Capital tiene privilegios inherentes al sistema económico, es decir, sus privilegios se encuentran garantizados por una acumulación de capital basada en la explotación de los trabajadores asalariados, algo popularmente conocido como capitalismo.

La posición política y la familia influyente tienen privilegios que provienen de un punto en común: el poder. Ante tal panorama, un sector de la clase popular trata de tener algún acceso a estas fuentes de privilegios de manera indirecta, entendiendo que solo de tal forma se les brindara un servicio de calidad en las instituciones públicas. Estas son malas noticias para los desafortunados sin ningún tipo de contacto con las estructuras de poder, pues se exponen a ser relegados. 

En teoría los revolucionarios debemos luchar contra ese sistema oprobioso, y para tal fin, conquistamos el poder. En Nicaragua los revolucionarios tenemos el poder, pero no hemos podido desmantelar un sistema viciado que de alguna forma ayudamos a construir con los liberales por fines de sobrevivencia.

En condiciones adversas la sobrevivencia es prioridad, y el frente sandinista en un contexto internacional sumamente complejo para las fuerzas revolucionarias, hizo lo que considero necesario para sobrevivir, pagando desde mi perspectiva un alto costo. En la era soviética de Stalin, el líder bolchevique decidió hacer un pacto de no agresión con los nazis liderados por A. Hitler, por fines similares de sobrevivencia con los resultados ya conocidos. Cuando los revolucionarios manipulamos los principios por fines prácticos, las consecuencias son fatales.

Ante nosotros pues tenemos un interesante desafío, ante el cual todos los sandinistas debemos reflexionar. Tomando en cuenta que al frente tenemos a una oposición política de ultraderecha que se encuentra haciendo grandes esfuerzos para reorganizarse y aprovecharse de nuestras debilidades para conquistar el poder. Ellos, los que genuinamente disfrutan de un sistema con características feudales y pretenden perpetuarlo hasta el fin de nuestros días están al acecho.

Los revolucionarios que, por otro lado, repudiamos dicho sistema debemos tomar acciones encaminadas a poner en práctica lo que pregonamos: el pueblo presidente.  Entiendo que tales afirmaciones que en este espacio personal expreso pueden sonar un poco duras, pero creo que ya es hora radicalizarse.

Ya es hora de radicalizar el amor a nuestra patria.

lunes, 8 de octubre de 2018

Pensamientos desde la izquierda nicaragüense


Pensamientos desde la izquierda nicaragüense


La semana pasada un grupo de notables y distinguidos miembros de la sociedad nicaragüense, acapararon las cámaras para anunciar un nuevo nombre: UNAB (Unión Nacional Azul y Blanco). La razón es que la oligarquía y sus cómplices viven de las apariencias, y la Alianza Cívica debía proteger su inmaculada imagen de una organización social sin aspiraciones políticas.

En fin…

Siguiendo su jueguito de nombres, la Unión Nacional de Amargados Belicosos cada vez está quedando más expuesta. Cada vez les resulta más difícil ocultar su odio visceral en contra del sandinismo, y su actitud servil en favor de los norteamericanos. Los discípulos de Adolfo Díaz y Emiliano Chamorro, representan la opción política más retrograda que he visto en mucho tiempo.

Pareciera impensable que ese grupo conformado por tan distinguidos personajes logre imponer al pueblo su agenda ultraconservadora en las próximas elecciones de este país. Sin embargo, no podemos bajar la guardia. Si algo aprendimos de las elecciones en los noventas, es no subestimar al enemigo ideológico.

De aquí, en adelante el caballito de batalla será la economía. Tengan la plena seguridad que los indignos hijos de esta patria no dudarían en gestionar un criminal bloqueo económico, de presentarse esa posibilidad. Mientras tanto, se conforman con cabildear sanciones de relativo calibre.

Aquí el cinismo pareciera ser la herramienta más útil para sus propósitos, pues si existe algo que no se le puede reprochar a la gestión del GRUN (Gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional) es su vocación por acelerar el crecimiento económico del país. Los datos están a la mano, y son por todos conocidos.  De hecho, para ser un gobierno de izquierda el FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional) ha mostrado una gran apertura hacia la élite empresarial y la dinámica del libre mercado. Algunos, precisamente por esta razón, tienen la desfachatez de acusarnos de capitalistas revisionistas.

Para construir socialismo en un país tan empobrecido como Nicaragua lo más sensato es enfocarse en potencializar las fuerzas productivas de este país, y crear condiciones favorables para la atracción de inversiones extranjeras directas, fuente importante de empleos masivos y transferencia de tecnología. Es decir, para construir socialismo, necesitamos primero avanzar hacia el capitalismo, tomando en cuenta que vivimos todavía en una sociedad semi feudal.

La gran diferencia entre nosotros y ellos es que nosotros tenemos conciencia del recorrido a tomar y las contradicciones inherentes al capitalismo. La más fatal de todas, la apropiación individual, del trabajo colectivo. Por eso, es que el liderazgo sandinista ha tenido la inteligente visión, de tomar medidas mitigadoras para atenuar los nocivos efectos de un sistema contrario a nuestros principios.
Parece ser que esta suerte de socialdemocracia táctica que venía impulsando el FSLN para cumplir con sus objetivos estratégicos iba adquiriendo demasiado prestigio a nivel internacional. Las noticias sobre Nicaragua, antes de los sucesos de abril, eran muy alentadoras. En el año 2016, la revista Forbes publicaba un artículo con el siguiente encabezado “Nicaragua: la nueva joya de los negocios en Centroamérica”.

Una vez un conocido me dijo hace mil lunas atrás: “Nicaragua es el rock star del ALBA”.

La combinación de ambas citas textuales es la razón por la cual estamos aquí.

jueves, 27 de septiembre de 2018

La rebelión neoconservadora

¿Quiénes son los autores intelectuales del golpe suave en Nicaragua? ¿Quiénes son los que en la oscuridad conspiran por recuperar el poder? ¿Quiénes son los que se disfrazan de sociedad civil para sembrar discordia y odio en este país? ¿Quiénes tienen el descaro de manipular las emociones del pueblo para su propio beneficio? 

Se mencionan a muchos individuos, organizaciones, movimientos, y partidos extintos. Así como también una elocuente serie de malos apodos (puchitos, minúsculos, chingastes), sin embargo, a veces no sabemos con certeza a quienes nos estamos enfrentado, es el enemigo de las mil mascaras.

Nuestro principal adversario ideológico ha regresado con fuerza y está dispuesto a dar la batalla. Lamentablemente esto no será un episodio fugaz, debemos prepararnos para una lucha larga. Es verdaderamente una responsabilidad histórica para los revolucionarios nicaragüenses de esta época, defender el legado de tener una patria libre y digna como la soñaron Sandino y Carlos Fonseca. 

Estamos ante un interesante fenómeno político: el neoconservadurismo. Los conservadores siempre se han caracterizado por tres componentes a saber: 

a) Ser aliados de la iglesia católica
b) Apadrinarse con los Estados Unidos
c) Privilegios de clase conferidos por el poder

     La ultima vez que estuvieron oficialmente en el poder los conservadores fue a raíz de un golpe de estado orquestado por un viejo caudillo, cuya estatua de piedra se erige desafiante en el malecón de granada. Los conservadores se alternaron en el poder con los liberales hasta que aparecieron en escena los sandinistas, y los erradicaron del imaginario del pueblo como una opción viable. 

Al perder la oligarquía el brazo político que respondía a sus intereses ha tenido que recurrir al siempre incomodo aliado político burgués-liberal, logrando incluso imponer su liderazgo como sucedió con el Ingeniero Enrique Bolaños, quien no dudó en castigar al plebeyo de Alemán Lacayo por orientaciones de los norteamericanos. 

Ahora en Estados Unidos gobiernan los republicanos, y la vieja e inquebrantable alianza gringo-conservadora se reactivó, los recursos económicos retomaron su fluidez y las sanciones no se hicieron esperar. La última vez que Estados Unidos había sancionado a Nicaragua fue en el año 2008 con George Bush (republicano) en el poder, disolviendo la cuenta Reto del Milenio. 

El líder opositor de ese entonces, heredero político de la división provocada por bolaños, fue el mayor promotor de la cancelación de la cuenta, afectando así la ejecución de importantes proyectos de infraestructura en beneficio del pueblo. Una deuda que quedó pendiente de saldar por parte de los Estados Unidos, luego de todo el daño provocado en los años ochenta. 

No es coincidencia que el ascenso del ala conservadora de los republicanos en los Estados Unidos coincida con la aplicación de sanciones Magnitsky y el vertiginoso avance del paquete de sanciones conocido como Nica Act. Parece ser que con la administración de Obama teníamos un marco de entendimiento útil para poder levantar la economía del país. 

Tampoco es de sorprender al MRS como organización parasitaria del conservadurismo, no es la primera vez. En las elecciones del año 2011 participaron con la alianza de derecha encabezada por Fabio Gadea Mantilla, el último remanente de dignidad lo vendieron por unos cuantos asientos en la Asamblea Nacional. 

Y bien, vemos entonces que son los enemigos históricos del pueblo nicaragüense, quienes de manera perversa engañan al pueblo y hacen creer que defienden los más puros valores de justicia y democracia. Vemos entonces a operadores políticos como Félix Maradiaga y muchos otros más rasgarse las vestiduras por una noble y desinteresada causa: el retorno de las élites oligarcas al poder.

Ahora sí, con mayor claridad. Sandino vive...


jueves, 13 de septiembre de 2018

Las falsas banderas de la derecha


Las falsas banderas de la derecha
“Un pueblo culto nunca puede ser esclavizado” Manuel Belgrano

La oposición aglutinada en la tristemente célebre Alianza Cívica por la Democracia y la Justicia enarbola falsas banderas patrióticas, y mañana que celebramos un aniversario más de la heroica victoria en la hacienda San Jacinto es preciso poner al descubierto su incoherencia y flagrante cinismo. 

El argumento ideológico más fuerte que sostiene sus debilitadas convocatorias es recuperar la identidad nacional nicaragüense aparentemente arrebatada por el sandinismo. En el aspecto político, mencionan temas tales como restablecer el estado de derecho, la institucionalidad, independencia de poderes, es decir una restitución de la dinámica republicana. Sin embargo, es demasiado ingenuo pensar que no existe un trasfondo oscuro de intereses personales por el poder, y un poder que por cierto pretenden alcanzar con la ayuda del viejo conocido Tío Sam.

En el discurso han sido muy cuidadosos de ocultar sus ambiciones, y se proyectan como ciudadanos auto convocados que luchan sin esperar recompensa. No podemos culparlos, es cierto que la primera impresión es lo importante y hay que guardar las apariencias. Y esa primera impresión en camino de oriente tienen que preservarla a cualquier costo. ¿No es así? 

Lamento decepcionar al curioso lector que todavía persiste en su entusiasmo y alberga esperanzas de cambios en las personas equivocadas, pero la realidad es otra, la verdad es otra y no es tan difícil descubrirla. Existe un reducido sector de la población nicaragüense que no soporta la idea de ser gobernados por una pareja presidencial surgida de una genuina lucha del pueblo nicaragüense por su emancipación, y al haber perdido en el ajedrez político recurren en su desesperación a su ídolo de las barras y las estrellas. 

Es impensable para los que conocemos algo de historia, que los halcones de Estados Unidos de Norte América tengan en su corazón velar por nuestros intereses y necesidades. Sin embargo, muchos aplauden las sanciones magnitsky y no dudan de las buenas intenciones del imperio, deben ser las mismas razones humanitarias por las que bombardearon Libia, una nación que contaba con el nivel de vida más alto del continente africano hasta la bondadosa intervención de los norteamericanos y sus aliados. 

En el caso de libia, los manifestantes también eran auto convocados que luchaban por la libertad y democracia enarbolando banderas de la extinta monarquía constitucional en su intento por avivar emociones patrióticas. Lo interesante y meritorio de este ejemplo es que en esa ocasión triunfaron, derrocaron al líder libio Muamar el Gadafi y si quieren conocer los resultados de esa experiencia, los invito a investigar la situación actual de esa hermana nación africana. 

Los desafortunados libios fueron victimas de un espejismo, sin embargo, en Nicaragua no vivimos al noreste del desierto del Sahara. Aquí tal cual dijo Sandino en el manifiesto de San Albino, “podrá morir el último de mis soldados, que son los soldados de la libertad de Nicaragua, pero antes, más de un batallón de los vuestros, invasor rubio, habrán mordido el polvo de mis agrestes montañas”.

No se dejen engañar por discursos y campañas publicitarias oportunistas. Ellos, son los herederos de Moncada, capaces de negociar con los gringos por debajo de la mesa nuestras conquistas de auto determinación para escalar al poder. Son los mismos del pacto del espino negro, tercos y soberbios que no han aprendido a respetar la dignidad de un pueblo decidido a ser libre y soberano. 

El catorce de septiembre, que celebramos una decisiva victoria del pueblo nicaragüense en contra de los filibusteros de William Walker, aprovechemos el tiempo para investigar y reflexionar sobre las lecciones de la historia. Los que antes gestionaban invasiones, ahora gestionan sanciones internacionales, y tienen la arrogancia intelectual de hacerte pensar que es para tu beneficio. 

Sin duda alguna, el gobierno sandinista aún tiene mucho espacio de mejora, pero por favor no cometamos el error de retroceder a la época de la vergüenza y la ignominia que ellos representan.